Produce lastima contemplar como alguien que supuestamente basa buena parte de su acción política en la pedagogia caiga en el exhabrupto con tanta facilidad y de manera tan continua.
Por eso, Torrijos, cuando te pillan con las manos en la masa, cuando la presión de la opinión pública, tus militantes y de tu socio -el PSOE o más bien Monteseirin- te obliga reconocer ante todos que no eres inmaculado, sin tacha, que la corrupción y el nepotismo son pecados que acompañan tu acción diaria de gobierno solo te queda el insulto, la descalificación, el poner la diana sobre unos nombres para que otros te hagan el juego sucio de la intimidadción, de la cheka.
Ante la denuncia del enchufismo a familiares y cargos del PCE a costa del dinero de todos vas y sales con los paredones, los fusilamientos y no contento con ello envenenas a la gente de tus agrupaciones que se despachan con pareados del peor gusto contra Zoido cuando compartia con compañeros y vecinos una velá de barrio.
Que envidia te causara ser incapaz de reproducir en Sevilla el manto de silencio y miedo que trata de impedir cualquier proclama de libertad y decencia en la Cuba de Fidel Castro, en los barrios de Caracas con las bandas de gorilas colorados de Chavez o más cercano en lo geográfico a todos nosotros en los pueblos y ciudades del Pais Vasco bajo la lluvia de plomo de ETA y sus complices nacionalistas y de IU.
Lastima de aquellos que basan su trabajo en el rencor , la revancha, que en todas sus acciones reivindican el higado frente al cerebro y el corazón. Palabras como las tuyas, decisiones como la de negar una calle a las Victimas del Terrorismo revelan un afan cainita, ausencia completa de sensibilidad y voluntad de acuerdo.
En fin que con tu pan te lo comieras si no fuera por que en tu condición de concejal de gobierno de la ciudad de Sevilla tus actitudes y decisiones traspasan el ámbito de lo estrictamente personal.
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