Rajoy retoma un discurso coherente y medido, ojala persevere

En este mismo espacio he comentado en ocasiones mi desconcierto ante la falta de discurso, su falta de consistencia, o la dispersión y contradicción en que a menudo ha caido Mariano Rajoy desde su reelección en el Congreso de Valencia.

Hoy tengo que felicitarme de que aquel al que apoye por sus palabras pero sobre todo por sus acciones pasadas haya retomado un discurso, un argumentario, en el que nos podemos reconocer todos los militantes y votantes del PP.

Y ha sido con ocasión de dos hechos que se han superpuesto y no estan tan alejados como pareciera, la parálisis del gobierno ante la crísis y el enjuiciamiento por el juez Garzon de cargos del PP.

Sostengo que no están alejados pues las evidencias nos reafirman cada vez más que aparte de los motivos de fondo este caso, el del espionaje y otros que vendrán no son sino un intento de cubrir con cortinas de humo la grave responsabilidad del gobierno Zapatero en esta crísis, su ausencia de ideas y el deterioro vertiginoso del empleo.

Dichos temas han sido tratados con contundencia y sin remilgos por Mariano Rajoy. En el caso del juez Garzon, el Ministro Bermejo y ,no se nos olvide, del responsable policial de la investigación, denunciando el contubernio al más rancio estilo, en el desarrollo no de una si no de varias cacerias, entre estos personajes para orquestar unos hechos en el momento preciso y presentarlos ante los medios de comunicación y los ciudadanos como un serial televisivo.

No puede ser más obsceno el papel de uno y otro. Garzon al que le importa un higo la efectividad de la justicia, son numerosos los casos que ha instruido con gran despliegue de medios televisivos y en los que por su erratiaca instrucción los criminales siguen en la calle, y todo lo vende por una portada y Bermejo que ha hecho de la falta de escrupulos y la instrumentalización de los órganos judiciales el mecanismo de su promoción y permanencia en el cargo público.

Si ha estado acertado en la denuncia, Rajoy no lo ha estado menos al no aceptar el abrazo del oso de Zapatero bajo una pretendida unidad de acción ante la crisis que nos afecta a todos.

Como muy bien dijo Rajoy al PP no se le puede pedir que nos solidaricemos con el error permanente, que silenciemos la usencia de ideas y acciones en la correción de la crisis como no se nos puede pedir que avalemos en blanco el mantenimiento de políticas, la ausencia de reformas estructurales, que son las que han llevado a España a ser el record mundial del paro y las que nos impiden salir de tan triste puesto.

Por ello a cada uno lo suyo, enhorabuena a Rajoy y solo pedir que persevere