jueves, 4 de diciembre de 2008

Un asesinato, una muerte de toda una sociedad

Cuando esta mañana escuche el comentario de Federico en la mañana de la COPE crei que el comentario sobre la partida de cartas era una metafora, que se referia a una sociedad que parece anestesiada ante el terror y la presencia intimidatoria de los asesinos y sus complices.
Mi asombro fue mayusculo cuando contemple la portada de El Mundo donde se ve la mesa de juego y los cuatro compañeros del empresario muerto reunidos como si nada pasara.
Esto es todavia más triste pues revela que aparte de a una persona los asesinos han matado a toda la población que mira para otro lado esperando que el próximo no les toque ser ellos.
Esta imagen, este comportamiento, me recordaron un "dicho" y un libro , el dicho es aquel de que "cria cuervos y te comeran los ojos", se comenta por si solo.
El libro es "La colina de Watership", en él se narra como un conejo silvestre llega a una comunidad de conejos domesticos, que están gordos, con el pelaje lustroso y que tienen a su disposición más comida de la que pueden comer.
La primera impresión del conejo silvestre es de envidia, pero rapidamente ese sentimiento cambia radicalmente cuando observa que periodicamente el dueño de la granja hace un "descaste" y los conejos domesticos parecen ignorar ese hecho, asumirlo y como mucho esperar que la próxima vez no les toque a ellos. Creo que para el caso del Pais Vasco, sus habitantes, es algo más que una metafora.
El final del libro es que nuestro amigo, el conejo silvestre, asqueado de ese adormecimiento, negación de la importancia de la libertad y la vida frente a las comodidades, tener la vida y alimentación resueltos, huye a campo abierto prefiriendo a las comodidades, ausencia de riesgos el bien de la libertad, la vida y la dignidad.
Yo estaria con el conejo silvestre, a lo mejor a ese manido y celebrado Rh vasco le hace falta transfusiones a chorros de personas de fuera que reivindiquen la dignidad, la libertad y la vida como principios que no se pueden comprar con un plato de lentejas por mucho chorizo que lo aliñe.
Esto último me recuerda a su vez la reflexión de un Premio Nobel ruso de la epoca sovietica. Le entrevistaba en aquella ocasión un acomodado periodista "progre" que gozaba de todos los privilegios de la prosperidad en un ambiente de libertad. Y le comentaba como un "exito" el que el comunismo aseguraba comer a toda la población. El Premio Nobel le contesto "pruebe usted a comer todos los dias de su vida en una carcel a ver como le sabe el plato"

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